¿Qué es la teoría curricular?
Esta disciplina tiene muchas interpretaciones posibles. Por ejemplo, las más limitadas en su perspectiva se encargan de decidir exactamente las actividades que debe realizar un alumno y lo que debe aprender en una clase concreta. Por el contrario, las más amplias estudian el camino educativo que tienen que seguir los alumnos dentro del sistema educativo formal.
La teoría curricular y sus contenidos pueden ser estudiados desde distintas disciplinas, como la educación, la psicología, la filosofía y la sociología.
Algunos de los campos de los que se encarga esta materia es el análisis de los valores que hay que transmitir a los alumnos, el análisis histórico del currículum educativo, el análisis de las enseñanzas actuales, y las teorías sobre la educación del futuro.
Antecedentes históricos
El análisis del currículum educativo y sus contenidos ha sido una materia de relevancia desde las primeras décadas del siglo XX. Desde entonces, muchos han sido los autores que han contribuido a su desarrollo y las variantes que han ido surgiendo.
La aparición de esta materia comenzó poco antes de 1920 en Estados Unidos. En este año, se intentó homogeneizar el contenido de los estudios de todas las escuelas del país.
Esto se debió, sobre todo, a los avances logrados gracias a la industrialización, y a la gran cantidad de inmigrantes que llegaron al país. Así, los estudiosos del tema pretendían darle una educación digna a todos los ciudadanos del país por igual.
El primer trabajo sobre la teoría curricular fue el publicado por Franklin Bobbit en 1918, en su libro titulado “The curriculum“. Debido a que pertenecía a la corriente funcionalista, describió dos significados para la palabra.
La primera de ellas tenía que ver con el desarrollo de habilidades útiles mediante una serie de tareas concretas. La segunda se refería a las actividades que tenían que implementarse en las escuelas para lograr dicho fin. Así, los colegios debían imitar al modelo industrial, para que los alumnos se preparasen para su futuro laboral.
Por lo tanto, para Bobbit el currículum es simplemente una descripción de los objetivos que los alumnos deben alcanzar, para lo que hay que desarrollar una serie de procedimientos estandarizados. Por último, también es necesario encontrar una manera de evaluar los progresos hechos en este sentido.
Desarrollo de la teoría
Más adelante, la teoría curricular de Bobbit fue desarrollada por una gran cantidad de pensadores de distintas corrientes. Así, por ejemplo, John Dewey veía al profesor como un facilitador del aprendizaje de los niños. En su versión, el currículum debe ser práctico y servir para cumplir las necesidades de los niños.
A lo largo del siglo XX, los defensores de la corriente funcionalista fueron debatiendo con aquellos que defendían que el currículum educativo debía pensar sobre todo en lo que los niños necesitaban. Mientras tanto, la manera de implementar este aspecto de la educación fueron cambiando según lo hacían los tiempos.
En 1991, en un libro titulado “Currículum: crisis, mito y perspectivas“, la doctora en filosofía y ciencias de la educación Alicia de Alba analizó la teoría curricular de forma más profunda.
En este trabajo, defendió que el currículum no es más que un conjunto de valores, conocimientos y creencias impuestos por la sociedad y la realidad política en la que se desarrolla.
Según esta doctora, los diferentes componentes del currículum educativo tendrían como objetivo principal impartir una visión del mundo a los alumnos, mediante herramientas como la imposición de ideas o la negación de otras realidades. Por otro lado, también seguiría sirviendo para preparar a los alumnos para la vida laboral.
Características de la teoría curricular:
Concepción académica
Según esta versión de la teoría curricular, el objetivo de la educación es especializar a cada alumno en un campo concreto del saber. Por lo tanto, se centra en estudiar temas cada vez más complejos, de tal manera que cada persona pueda ir eligiendo lo que más le llama la atención.
La organización del currículum iría en función de las competencias específicas que cada “experto” debe adquirir para realizar correctamente su trabajo. Se pone un gran énfasis en las ciencias y en la tecnología.
El papel del profesor en esta variante es proporcionarle a los alumnos el conocimiento y ayudarles a resolver problemas y dudas. Los estudiantes, por otro lado, deben investigar sobre los temas en que se especialicen y ser capaz de aplicar sus nuevos aprendizajes.
Concepción humanística
El currículum en esta versión de la teoría serviría para proporcionarle la máxima satisfacción a cada uno de los alumnos. Así, los estudios tienen que ayudar a la persona a alcanzar su máximo potencial y un bienestar emocional prolongado.
Para lograr esto, debe crearse un clima cordial y de seguridad entre los estudiantes y el docente. Este último debe actuar como orientador, en lugar de impartir conocimiento directamente como en las otras dos ramas de la teoría curricular.
El conocimiento que se aprende es, por tanto, flexible y distinto en función de los gustos y necesidades de cada alumno. Estudiar se entiende como una experiencia gratificante y útil en sí misma, incluso si el conocimiento adquirido no tiene una aplicación práctica.
Concepción sociológica
Por último, la concepción sociológica (también conocida como funcionalista) entiende los estudios como una manera de preparar a los alumnos para el mundo laboral. Por ello, se encarga de prepararles para cumplir el papel que la sociedad requiere de ellos.
Así, el papel del profesor es el de impartir disciplina, y transmitir los conocimientos teóricos y prácticos que los jóvenes van a necesitar para convertirse en buenos trabajadores.
Franklin Bobbit:
El primer autor que habló sobre la teoría curricular, Franklin Bobbit, fue un educador, escritor y profesor norteamericano. Nacido en Indiana en 1876 y fallecido en la ciudad de Shelbyville, dentro del mismo estado, en 1956, se centró en conseguir la eficiencia dentro del sistema educativo.
Su visión del currículum pertenecía a la de la corriente sociológica, entendiendo que la educación debía servir para generar buenos trabajadores. Este tipo de pensamiento estaba muy extendido después de la revoluciòn industrial.
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